El 15 de julio de 2016 fue una mañana dura para Estefanía cuando su hijo, Lucas, se enfermó.
Y como tener un hijo enfermo siendo una madre soltera no fuera lo suficientemente difícil, Estefanía tenía otro problema en su mente. Como una higienista de tiempo completo, no podía simplemente faltar a su horario. Sin ella, la clínica cerraría todo el día o estarían forzados a llamar a una agencia de empleados.
Estefanía llamó a su dentista inmediatamente, quien le dijo que era su responsabilidad encontrar un reemplazo. ¿Cómo podría hacer esto sin anticipación? Estefanía llamó primero a sus amigos, que trabajan temporalmente en este campo con frecuencia – sin suerte. Entonces ingresó a grupos de Facebook llenos de profesionales dentales y de vuelta – sin suerte.
Para este momento, Estefanía estaba desesperada. Llamó a colegas retirados, y a viejos amigos de la escuela de higiene y, todavía, nadie podía reemplazarla.
Sin otra solución a la vista, la hermana de Estefanía manejó más de dos horas para cuidar a Lucas mientras ella iba al trabajo. Si, esto no fue conveniente, pero Estefanía sabía que ella tenía la responsabilidad de presentarse al trabajo sin importar qué.
Esto no es una anormalidad para los profesionales dentales. Las oficinas gastan casi $20,000 por año solamente en empleados. El sistema existente está fracturado -no permite contrataciones en tiempo real, le falta un fuerte control de calidad, y es costoso tanto en tiempo como en dinero.